17.6.11

Fatimah Torah

Cuando la Torah aparece fuera de su estuche y se esconde inmediatamente de nuevo, lo hace sólo para aquellos que la conocen y tienen confianza en ella, pues la Torah es una amada bella y bien hecha, que se esconde en una pequeña habitación retirada de su palacio. Tiene un solo amante, que nadie conoce y que permanece oculto. Por amor hacia ella, este amante pasa siempre delante de la puerta de su casa y, buscándola, mira por todas partes. La amada sabe que su amante va y viene sin parar delante de la puerta de su casa. ¿Qué hace ella? Abre una pequeña hendidura en la habitación oculta en la que se encuentra, y por un instante desvela su cara al amante, escondiéndose inmediatamente de nuevo. Todos los que, por ejemplo, estuvieran al lado del amado, no verían nada. Sólo que el amado la ve y todo en él, su corazón y su alma, se vuelve hacia ella, y sabe que, por amor hacia él, se ha dejado ver un instante y ha ardido de amor por él.


Lo mismo ocurre con la Torah secreta. No se revela más que a aquel que la ama. La Shekinah Torah sabe que el sabio de corazón camina cada día hacia la puerta de su casa. ¿Qué hace ella? Muestra su cara fuera de su palacio oculto y le hace una señal, luego regresa enseguida a su lugar y se esconde. Todos los que se encuentran allí no lo ven y no lo saben, salvo el sabio de corazón y todo en él, su corazón y su alma, se vuelven hacia ella. Por esta razón, La Torah está visible y escondida al mismo tiempo, y va llena de amor hacia su amado, despertando en él su amor.


Zohar, II-99.

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